lunes, 5 de enero de 2015

La constante lucha contra el mundo, la vida diaria, tus ojos, la luna y mi propio interior tratan de cercenar lo poco de que me queda por dar, de lo tanto con lo que nací. Calla mis ojos y mis manos pero mi voz nunca lo hará, por más que quieras o querramos, habría dr aceptarlo de ser verdad y al caber esa posibilidad me abro paso a la nada y me pierdo.
Oh cariño, lo que hago es tan imbécil que no merecería un beso de tu boca sin antes implorar que olvides todo eso y todo esto, que regresen las palabras que te faltan.

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