sábado, 10 de enero de 2015

Frío.

Eres como mi estación del año preferida. Siempre me alegra verte al entrar con ese esplendor tan tuyo, haciendo tan imposible que pases desapercibido. Me llegas por las extremidades y entras a mi pecho, doliendo, con frío para que te arrope. Me calas en los huesos y en la sangre, me congelas al escuchar verdades ocultas, mentiras piadosas, palabras que se pierden e ignoro...
Puedes hacerme daño cuantas veces quieras, quebrarme y hacer de cuenta que te importo un carajo, pero siempre regresas, siempre lo harás,  porque fuimos tan impacientes que nos fragmentamos, tantos jirones que la probabilidad cae por su cuenta.
Perdona mi egoísmo y mi falta de cordura, he tratado de engañarme y he caído. Aún lo recuerdas?  Todas las vías se juntan en algún sitio, en algún momento, en alguna estación. .

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