sábado, 24 de noviembre de 2012

Segunda musa

Cada uno tenía su parte de la luna, era la que mirábamos por la ventana, hasta el día en que decidieron unirse y formar una sola. Sí, hay días en que no la podemos apreciar con claridad, o tal vez solo se vea una parte de ella, pero aún está ahí, y por cambiante que pueda tornarse la vista, no pierde su belleza, su pureza, la sinceridad y el sentimiento con que se formó..

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