30

Me niego a regresar al vórtice del que salí hace tiempo, pero me siento asfixiada, aturdida. Vuelvo a soñar que estoy atrapada, tratando de abrir todas las puertas, sin lograrlo, sin encontrar a nadie, sin encontrarme..

M.

Y hoy, como muchas otras noches, sin poder dormir, mi mente se llena de nubes y siento llover, caerme en pedazos, por todo y por nada, con ganas de caminar al mar sin rumbo.
Mientras te veo o quizá  me miras, puedo sentir la fuerza de mi sangre al latir y la forma en la que pierdo mi equilibrio, el poco que tengo.
A veces solo quiero que te vayas como sucede cuando despierto de un sueño, sin importar que tan bueno o malo fue.

Marzo.

No quiero beber una copa, ni pasar una noche contigo, ¿No te has dado cuenta que los restos de tu cariño no son suficientes? Me ahoga pensar que un día abriré los ojos y me sentiré más infeliz, como ahora, pero indefinidamente. Me cuesta pensar cuánto me esfuerzo en algo sin futuro, en algo que no está creciendo, dónde solo yo jalo de la cuerda. Es innecesario que me recuerdes con pena tus palabras: Te lo dije desde el principio. Es no basta, mis sentimientos y mi estupidez van más allá, siempre lo hacen, por eso estoy aquí, escribiéndote con los ojos llenos de tristeza y no contigo, ni con otro amor.

Sol.

Alguna vez me pregunté cómo es que se mide la soledad que emerge desde las entrañas, la que te recorre como escalofrío por las noches, cuando todos duermen y tú sollozas, nada más.
Aquella sensación que crece como raíz, alimentándose con tus lágrimas, tu impotencia, tu arrepentimiento.
Bien dicen que la libertad es relativa, siempre estamos atados al pasado, presente o futuro, lo que uno elija.
Nunca sabremos cómo y no sé si deberíamos.

III

Algún día renacerá como flor sobre el fruto, en la tierra desértica, entre la maleza. Y querrás encontrarla, pensar que todo el tiempo estuvo ahí. Cuando la noche caiga, se ocultará y no vendrá más, ni en un millón de años. La raíz se desmoronó.

Sin título.

Y suspiro, te extraño, estando tan cerca pero nunca lo necesario. Me hace sollozar de madrugada, cuando tengo recuerdos vagos, imagino y fantaseo, como siempre. Nunca fui tan buena como tú o como ella, como otras, pero ya no me importa ¿o si?
Despierto y quiero dormir, donde estás, con milímetros de "no felicidad".

Tomar uno, dos, tres anocheceres y seguir y pausar el tiempo, para no estar, para seguir ausente como hasta ahora, para que sepan que no hace falta, que es tan corto y cruel, tan despiadado. Llegas al cuarto y quinto, es inevitable, siempre lo será, mi mientras te lleve al limbo y quiera estar allá, con la nada, y el todo quizá.

...

No es como cuando de pequeño sientes que  caminas sobre nubes y es bello, tampoco es como el primer amor que en realidad no lo fue. Es más como un poco de todo, que comienza con una chispa, que te puede reducir a cenizas o mantenerte en vida, que te recorre por dentro, desde la punta de los cabellos hasta los pies. 
Deberías saber que a veces quisiera hablar contigo por horas, que no mostraras temor de ser tú, ese que alguna vez sintió tanto, que sonreía de esa forma tan peculiar, que está bajo llave.

;

El script de cada encuentro no es tan variable, siempre las mismas cosas, los mismos sitios, como una rutina y un nada.
Siento como las partículas se expanden, invaden mi cuerpo y se impregnan como esquirlas.
No más por favor, cariño.

Una ventana, la cama, y un par de siluetas, es lo que guardé. Quizá lamento que las cosas hayan pasado y que no, que te hayas ido, que no volverás. Estoy en un proceso de por vida, en el que lucho por saber, qué fue tan determinante y a dónde se fue todo. He dejado de contar los días, qué más da si no pasará ni un carajo, si sigue sin al menos mostrarse como humo, sobre mi aliento.